Hace más de 270 años, en Meewen (Países Bajos), donde se ubica Witte Molen en la actualidad, los molineros de trigo artesanales del pueblo comenzaron a comercializar con semillas y cereales. 

Poco tiempo después, adquirieron materias primas de todo el mundo. En su auge, los almacenes de la empresa recibían los ingredientes más exóticos procedentes de todos los rincones del mundo. 

Gracias a ese espíritu artesanal, el conocimiento se transmitió de generación en generación hasta llegar a ser una de las productoras de alimento para pájaros y roedores más importantes de Europa. Por ese motivo, la calidad de las materias primas y de la composición nutricional supera con creces la de los productos de la competencia.

Las aspas: Experencia, Calidad, Ingenio y Compromiso:

Para poder atrapar el viento y ponerse en marcha, el molino de viento necesita cuatro aspas de buena calidad y un buje fuerte para mantenerlas unidas mientras giran cada vez más rápido.

• Experiencia: cuentan con un amplio conocimiento en torno a la nutrición y a la producción, gracias a sus raíces comerciales y al elevado número de años produciendo pienso para  animales. 
• Calidad: ofrecen productos en los que se puede confiar porque no ponen en peligro la calidad de las materias primas ni la composición nutricional.
• Ingenio: su equipo está formado por personas capaces de encontrar ingeniosas soluciones a los problemas. Combinan varias perspectivas para ser capaces de ofrecer productos adaptados exclusivamente a satisfacer las necesidades de los animales.
• Compromiso: la palabra imposible no está en su diccionario. Tratan de alcanzar las estrellas y se comprometen a trabajar duro para lograr el máximo nivel posible de perfección.